LA DEMOCRACIA Y LOS JUECES
Pero que flaco favor se hace a esta carrera al, pretendiendo ensalzarla, gritar que para defender la democracia sólo quedan la prensa y los jueces.
Se podrá estar a favor o en contra de un gobernante y de su forma de entender y practicar la política. Se podrá votar o pensar en no votar a un político por la manera en que rige o aspira a regir los asuntos públicos. Pero lo que no se puede pretender es que los jueces hagamos política ni se puede exigir que los jueces defendamos la democracia. ¿O es que olvidamos que en España pretendemos habernos reconocido, constitucionalmente, una separación de los tres poderes?
Y digo pretendemos porque, francamente, a veces esto no es otra cosa que un desiderátum y los ataques a la independencia judicial han sido y serán, visto lo visto.
TAN JUEZ LO ES LA AUTORIDAD EN DEMOCRACIA COMO EN DICTADURA
Y la función de un juez no es defender ni una ni otra. Es tan obvio y tan pocos lo ven… Los jueces tenemos una clara función, aburrido de tanto escribirla y oírla, que no es otra cosa que cumplir y hacer cumplir las leyes.
Las leyes se nos dan, no las elaboramos y nos gustarán o no, pero si su contenido respeta la jerarquía normativa, fin del asunto. Si mañana se proclama una república, yo seguiré siendo juez y aplicaré la norma suprema que el sistema se dé. Si mañana se proclama una dictadura, también previa reforma constitucional, lo mismo. Y si mañana sigue vigente la mejor Constitución que he estudiado y que tengo el privilegio de haber jurado cumplir, igual.
LOS JUECES NO ESTAMOS PARA DEFENDER LA DEMOCRACIA
Y sí para aplicar las normas jurídicas que nos dan el parlamento o el gobierno, internacional o local, da igual. Si creemos que no respetan una norma superior, de nuevo y aplicando la ley, tenemos deber de actuar para que se estudie por el encargado de ello. Que estudie esa norma jurídica, no la democracia.
El gobierno de los jueces tampoco es elegido por los jueces, como parece entenderse de la Constitución, pero su máximo intérprete dio la razón al Congreso de los Diputados cuando, en 1985, decidió el sistema que rige. Y a los jueces nos corresponde cumplir esa ley y hacerla cumplir, sin más.
NO HABLO DE AUTOMATISMOS NI SOY EL CABALLO DE COPAS
Tenemos cabeza y voz y la ley permite que se nos oiga. Hay vías. Puede ser a través del propio órgano de gobierno cuya elección a muchos nos disgusta. Muchos se asocian para poder tener otro cauce de expresión y está bien, porque tenemos aspectos profesionales que defender y mejorar.
Pero cuando ves a dos políticos, uno del gobierno y otro de la oposición sentarse en una mesa y decir que este sí o este no, a muchos nos dan escalofríos. Que si uno que gusta a un partido, que si otro al de enfrente, que si el tercero para uno de los extremos, que si el cuarto para un regionalista… Lo menos, inquietante.
Para muchos, desesperante y frustrante. Pero no por eso podemos salir a la calle a defender la democracia ni otras gaitas que por ahí se dice. La Comisión de Ética Judicial ha estudiado esto y pone muchos reparos, incluso, a que el juez acuda a manifestaciones a favor de la Constitución. Lógico. Porque eso nos politiza o, al menos, lo puede parecer y, al que cae en el error, luego te reparten, como un simple naipe, en una mesa de partidos.
Y NO, NO, POR FAVOR
Si quieres opositar para entrar en esta carrera, si aspiras a tener el enorme orgullo de ser juez, olvídate de la política en tu trabajo. Este no sería el sitio donde satisfacer tus anhelos de servidor público. Hay más y, para muchos, mejores.
Que los políticos o la prensa trabajen y cumplan sus deberes, que los jueces debemos cumplir los nuestros. Y no son los mismos.