EL RETO DE OPOSITAR: ESFUERZO, CONSTANCIA Y VOCACIÓN

Para quienes sienten una verdadera pasión por el Derecho y la Justicia, la oposición
a jueces y fiscales es mucho más que un examen: es el primer paso hacia una
profesión con un impacto real en la vida de las personas. No es un camino fácil, pero
con esfuerzo, constancia y vocación, es totalmente posible.
Cada año, unas tres o cuatro mil aspirantes se presentan con la esperanza de
conseguir una de las 100 o 200 plazas disponibles, según los años. Es un reto
exigente, sí, pero miles hemos pasado por ello y hemos logrado nuestro sueño.

EL PROCESO SELECTIVO: PRUEBAS, FORMACIÓN Y PREPARACIÓN

El proceso de selección consta de varias pruebas. Primero, un test que mide
conocimientos teóricos. Luego, dos exámenes orales, donde los opositores exponen
temas de memoria ante un tribunal, demostrando no solo preparación, sino
seguridad y claridad. Se habla de un cambio y que el segundo oral se sustituya por
un ejercicio práctico basado en casos. Tras superar estas pruebas, los aprobados se
forman en la Escuela Judicial o el Centro de Estudios Jurídicos, donde aprenden a
aplicar la ley con responsabilidad.
La preparación suele durar entre 4 y 6 años, un tiempo en el que cada opositor vive
su propio viaje. Te prometo que hay opositores que lo han superado en dos, incluso
en menos, pero son casos muy peculiares y extraordinarios. Hay días de estudio
intenso, momentos de duda y sacrificios, pero también pequeñas victorias: recordar
un tema complicado, avanzar en los simulacros o recibir el apoyo de familiares y
amigos. Nadie lo consigue solo, y esa red de apoyo es fundamental.

UNA PROFESIÓN CON IMPACTO: LA JUSTICIA COMO VOCACIÓN

Pero, ¿por qué embarcarse en este desafío? Porque al final del camino espera una
profesión única. Ser juez significa impartir justicia de manera imparcial, ayudar a
resolver conflictos y proteger los derechos de todos. Ser fiscal implica trabajar
para que la ley se cumpla, defendiendo a la sociedad con ética y compromiso.
No hay nada más gratificante que saber que tu trabajo marca la diferencia, que una
decisión tuya puede cambiar la vida de alguien para mejor. Es una profesión de
vocación, de entrega y de servicio.

Si te apasiona el derecho y crees en la justicia, este puede ser tu camino. No será
fácil, pero será, sin duda, un viaje que merecerá la pena.

Rafael Rosel

Preparador de Jueces y Fiscales

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Sobre el Autor
Rafael Rosel

Magistrado y Preparador

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